No tenemos credo, excepto la palabra de Dios, la biblia, la cual consideramos como única regla de fe. Sus enseñanzas son nuestro fundamento. He aquí algunas de las enseñanzas bíblicas que profesamos.

Las Escrituras muestran que Dios es Eterno, Todopoderoso, Creador, y Sustentador de toda la creación. Él es amoroso, justo y santo, misericordioso, tardo en airarse. Dios envió a su hijo Jesucristo al mundo para salvarlo del pecado y para mostrarnos que con su ayuda podemos vencer el mal.

Las Santas Escrituras, el Antiguo y el Nuevo Testamento, son la Palabra de Dios escrita dada a hombres inspirados por el Espíritu Santo. En ellas Dios ha transmitido al ser humano el conocimiento necesario para la Salvación.

La humanidad está involucrada en un conflicto entre Cristo y Satanás, en cuanto al carácter de Dios y su Ley. Ese conflicto se originó en el Cielo, cuando Lucifer, un ser creado, se convirtió en adversario de Dios.

Dios nos llama al arrepentimiento del pecado y por el bautismo confesamos nuestra fe en la muerte y en la resurrección de Jesucristo. De este modo lo aceptamos como nuestro Señor y Salvador. El bautismo es por inmersión en el agua.

Los grandes principios de la Ley de Dios están incluidos en los Diez Mandamientos. Expresan el amor, la voluntad y los propósitos de Dios respecto la conducta y relaciones humanas, y son vinculantes a todas las personas de todas las épocas.

Dios descansó el séptimo día de la creación e instituyó el Sábado para todo el mundo como recordativo de su obra creadora. El cuarto mandamiento requiere la observancia de este séptimo día sábado como día de descanso, adoración y ministerio en armonía con las enseñanzas y prácticas de Jesús, el Señor del Sábado.

Nuestra diversión y entretenimiento debe cumplir la más alta norma del gusto y belleza cristianos. Nuestro vestido tiene que ser sencillo, modesto y pulcro. Nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, debemos cuidarlo de forma inteligente. Con ejercicio y descanso adecuados, debemos adoptar la dieta más saludable posible, y abstenernos de alimentos inmundos identificados en las Escrituras. Nos abstenemos del alcoholl, tabaco, y el uso irresponsable de drogas y narcóticos.

Hay un santuario en el Cielo, En él, Cristo intercede en nuestro favor. Él es nuestro gran Sumo Sacerdote y comenzó su ministerio intercesor en ocasión de su ascensión. La culminación de este ministerio de Cristo señalará el fin del tiempo de gracia para los seres humanos, antes de su segundo advenimiento.

La segunda venida de Cristo será literal, personal, visible y global. Cuando Él regrese, los muertos justos resucitarán, y junto a los vivos justos serán glorificados y tomados a los cielos, pero los injustos morirán. El momento de ese evento no ha sido revelado, y por lo tanto se nos exhorta a estar preparados en todo momento.

Dios es el único que es inmortal, y concederá vida eterna a sus redimidos. Hasta aquel día, la muerte es un estado inconsciente para todas las personas. Los muertos nada saben.

El Universo será liberado para siempre del pecado y de los pecadores. En la Nueva Tierra, Dios proveerá un hogar eterno para los redimidos y un medio ambiente perfecto para la vida eterna, amor, gozo y aprendizaje en su presencia.